lunes, 13 de abril de 2009

autodominio


En autodominio es una cualidad prácticamente invisible ya que su manifestación es la ausencia de despliegues emocionales incontrolables. La mesura es la principal muestra de autodominio. Una de sus señales es la calma ante situaciones normalmente estresantes y complicadas o al tratar a una persona agresiva sin llegar a los golpes o agresiones. Otro aspecto en el que se hace visible el autodominio es en el manejo del tiempo. Manejar adecuadamente el tiempo en todas las actividades que debemos realizar diariamente requiere calma, lucidez y sobre todo, voluntad de hacer a un lado cosas que parecen importantes, pero a la larga únicamente nos quitan tiempo valioso.


Buscar el dominio sobre uno mismo da serenidad al carácter, libera a la voluntad del desánimo; con él controlamos nuestros gustos y vivimos mejor la sobriedad. Una persona dueña de sí misma es de trato fácil y sencillo, porque no guarda “sorpresas” desagradables: sabes en cada momento cómo es. El autodominio es necesario para convivir con los demás, tolerar sus defectos y no caer en la crítica amarga ante todo; nos hace aprender a escuchar, estar pendientes de los demás, y olvidarse de uno mismo. Es imprescindible en un educador, que necesita cantidades industriales de paciencia cuando “lo llevan los demonios” por una fechoría de los alumnos. Es fundamental en las personas que tienen algún cargo público o alguna responsabilidad en la sociedad, o son referentes donde los demás se miran para construir sus vidas.


Todos, y cada uno en forma personal, aspiramos a lograr el éxito. Éxito generalmente es comprendido como el “alcanzar nuestros objetivos”. Ahora, el problema es que muchas veces no conocemos a ciencia cierta cuál es realmente el objetivo que tenemos o, por el contrario, a veces lo conocemos pero tardíamente nos encontramos con que no es el objetivo correcto o lo que verdaderamente queremos para nosotros. Todo esto nos quita efectividad, nos aumenta la ansiedad, la frustración y el estrés, disminuyendo nuestra capacidad de trabajo y desarrollo. El error es definir el éxito asociado a un objetivo, el éxito debe ser un estado interior, una disposición mental que se debe buscar siempre. El éxito consiste en una autosuperación personal permanente; es contar permanentemente con una actitud positiva y la iniciativa necesaria para afrontar con responsabilidad los desafíos y convertir nuestras acciones en los resultados que queremos. Se trata de interiorizar nuestro objetivo o desafío y encararlo desde nuestro potencial.